Probablemente hayas leído u oído sobre los planes de Bélgica en torno al fin de semana de tres días. Se trata de una idea sobre la que mucho se ha debatido en los últimos tiempos, y que Gobiernos, como el belga, consideran que vale la pena poner sobre la mesa de cara a los próximos años.
En primer lugar, se debe aclarar que el proyecto no consiste en eliminar un día laboral sin más. Por el contrario, propone alargar las jornadas de trabajo de cuatro días, para librar el quinto.
Esta iniciativa, con la que las autoridades intentan flexibilizar los horarios de los trabajadores, modernizando el mercado laboral sin perder productividad ni competitividad, y a su vez ahorrando energía y dando más descanso a los empleadores, podría probarse muy pronto.
De ser aceptado, los contratados podrán reducir un día de empleo sin reducir las horas trabajadas. Entonces, previo acuerdo con sus contratadores, los empleados tendrán la oportunidad de trabajar hasta 10 horas, cuatro veces a la semana, en lugar de 8 horas, cinco veces a la semana. Las mismas 40 horas, claro. Incluso, pueden adelantar el trabajo una semana para tener más horas libres en la siguiente. – Para más informaciones sobre las posibilidades reales de esta que se amplíe el fin de semana de dos a tres días, puedes ponerte en contacto con el mejor abogado laboralista de Madrid.
¿Qué pasa en nuestro país?
En España tampoco faltan idas y vueltas acerca del fin de semana de tres días, o la semana laboral compuesta por cuatro días. ¿Quién no querría trabajar un día menos cobrando lo mismo, verdad? Pues bien, como podemos notar en el caso del vecino europeo, las cosas nunca son tan simples.
A nivel local, el Gobierno reactiva este marzo el debate sobre la semana laboral de cuatro días. Desde el Ministerio de Trabajo ya han dado el visto bueno a repasar cuáles son las opciones, priorizando la mejor organización de los empleados y una mayor libertad para organizarse.
No obstante, parece que las negociaciones serán largas, ya que ni siquiera los sindicatos tienen una única posición uniforme tomada al respecto, y se necesitarán horas y horas de debate para que poder acariciar un acuerdo.
De hecho, incluso se ha hablado de la pretensión de que la quinta jornada de la semana desaparezca, en lugar de que sus horas se concentren en las cuatro anteriores. Quieren, en otras palabras, semanas laborales de 32 horas, en lugar de las 40 horas habituales.
Considerando el caso belga, y la opinión de los empresarios y quienes abogan por una España más competente dentro del escenario continental, es difícil creer que haya cambios significativos, como sería el de pasar de 40 a 32 horas semanales, al menos en el corto plazo.
Muchos recordarán, por otro lado, que, a comienzos del año pasado, el Gobierno se comprometió con el partido político Más País a llevar a cabo un experimento social, completando ensayos con 200 empresas voluntarias, para concluir algunos aspectos claves del impacto de esa modalidad.
De igual modo, ese experimento sigue en una fase preliminar y unas pocas firmas, como Telefónica, han mostrado su apertura a nuevas maneras de trabajar, en su caso reduciendo la carga semanal, aunque reduciendo asimismo el salario de quienes prefieren acogerse al beneficio.